
He de decir que tenía unas considerables expectativas a satisfacer por este film, peliculón, obra maestra, indispensable, etc.… Y lo que obtuve tras ver la película es una clase magistral de evolución del cine.
Hasta entonces había una serie de cánones que definían el estándar del buen director. Entonces aparecieron Welles y el director de fotografía, Gregg Toland y reinventaron los cánones. Desplegaron un extenso abanico de recursos visuales hasta entonces desconocidos: Travellings, contrastes de luces y sombras, encuadres imposibles, uso de grúas para obtener una panorámica general, el uso de la profundidad de campo, etc.…
Ciertamente inventaron la mitad de lo que hoy es el cine. Pero he de deciros, aún con riesgo de ser sacrílego que es muy posible que dramáticamente no os aporte demasiado. En la película se realzan la tenacidad y fuerza de un personaje, las cosas realmente importantes en la vida y el perturbador papel de la prensa en esta sociedad de la información. ¿Ya lo habéis oído antes verdad? Pues eso, nada nuevo bajo el cielo, aunque en 1941 fueron auténticos visionarios.
Ni que decir tiene que es otro hito en la cultura pop, series como los Simpson (1 , 2 , 3 , 4 ,) o padre de familia (1 , hay más pero no los encuentro ), cómicos, cine, televisión, etc...tienen en ciudadano Kane una fuente inagotable de guiños y referencias.
Curiosidad: El personaje de Kane, está inspirado en el magnate de la prensa William Randolph Hearst, que si mal no recuerdo no llegó a ver la cinta, pero se agarró un cabreo monumental al saber que la palabra ‘Rosebud’ sería clave en la cinta. Es comprensible, pues cuenta la leyenda que tal apelativo era el que Hearst daba a las partes íntimas de su mujer.