Buenas noches bienvenidos, nietos del Rock'n'Roll

Antes de nada anunciaros que por cada entrada de música que escriba de aquí en adelante, tengo la intención de confeccionar una lista de reproducción de youtube con lo mejorcito del artista, para que la abráis en otra pestaña mientras leéis y podáis sumergiros por completo en su creación. LISTA DE REPRODUCCION.


Si desde la cuna oyes que desde la tele un señor estiloso y de tupidas patillas te grita a todo pulmón "bienvenido hijo del rock'n'roll", quedas sin saberlo bautizado por el rito pagano del perpetuo inconformismo,es el jadeo de eros, el Hálito negro de Tánatos.
Siempre he pensado que ha sido un viejo prematuro, o al menos como tal lo han considerado, porque desde que alcanzan mis recuerdos le persigue el título de una de sus canciones “Los viejos rockeros nunca mueren”. Y también desde que puedo recordar, quizás no los rockeros pero el rock se muere una y otra vez; murió el twist, el rock'n'roll, el hard rock, el punk, el glam rock, el heavy... Es un género maldito con una mala salud de hierro, que no ha terminado de deslumbrar masivamente al mundo, aunque su llama no se extingue y son ya sesenta años ardiendo en las voces de unos y en las guitarras de otros.
El señor Ríos ha estado en cada resurrección tocando todos los palos, quizás no puramente pero si imbuido del espíritu del subgénero reinante en cada época; twist, hard rock, pelín de glam, una miajilla de heavy, rock ochentoso, rythm and blues, blues, soul, rock sinfónico (oigase canción para un nuevo mundo para quedarse de piedra), rock and roll clásico, pop rock...Todo con acierto.
Me ha hecho gracia leer que siendo de una familia más que humilde, su salto a la fama comenzara en 1960 ganando un concurso de Radio Granada llamado Cenicienta 60, de ahí a Madrid y a luchar. 
Escuchar su discografía o una sesión intensa de Rock and Ríos es recordar la historia del género en español, Vuelvo a Granada es la perfecta máquina del tiempo. Y es que este tipo grabó antes que los Beatles, hizo rock cuando el rock no existía en España porque el tito Paco no tenía simpatía por el diablo.

No puedo presumir de seguirle desde sus inicios, no tengo ni la edad adecuada, la primera vez de la que tengo consciencia de su figura sobre un escenario fue en la gira El gusto es nuestro que le llevó por la geografía de este país que junto a Ana Belén, Victor Manuel y Joan Manuel Serrat. Y por aquellos entonces mi concepto de este hombre dista mucho de la respetable figura que es para mi hoy. Para un prepúber inconsciente eran una panda de carcamales en sus últimos días, llamadme sacrílego y yo os contestaré con cualquier otra palabra de cuatro sílabas, aunque en parte era acertado porque siendo honestos el único que ha mantenido el tipo a todos los niveles desde aquellos entonces ha sido Miguel Ríos. Era el parecer de un zagal con pelusilla en el bigote y heridas en las rodillas, el tiempo pasa y uno madura, si mal no recuerdo este martes fue cuando sucedió tal cosa.
Se puede pensar que con la publicación de Vuelvo a Granada, un grandes éxitos al uso, rubricó el comienzo del fin, como usualmente sucede con este tipo de discos; es un hito que indica que hay algo que recordar pero peligroso porque el es fácil adormecerse en un recuerdo dulce. Quizás le pasara al principio pero luego recuerdo 60 mp3, como sesenta tacos que cumplía, espléndido ejemplar donde ejecuta el mejor blues en español que puedo rescatar de esta memoria embustera, mi vida y mi cruz, el retrato amargo y suave de una relación tormentosa. 
Para terminar de renegar del tedio lo bordó con su último vástago Memórias de la Carretera, con canciones de entre otros Quique González y colaboraciones con Ariel Rot, los Secretos o el propio Quique, además de versiones popularizadas por otros artistas; Princesa de Sabina, Bajo la lluvia o Te lo dije de Quique González, Gran Vía de Antonio Flores, Mía de los Rebeldes... en mi modesta opinión, es uno de los mejores discos en los últimos años del panorama patrio.
Y al final llego el final, como cantaba Sabina, y su jubilación azuzó al gremio para rendirle tributo con Solo o en compañía de otros un disco de versiones de canciones del rockero granaíno, algo digno de audición, entre las versiones está la que hiciera M-Clan de Santa Lucía, que es como poco tan bella como la original, o la de Rock'n'Roll bumerang interpretada por las sílfides del rock, Pereza. 
Lo mejor de todo es que puede presumir de retirarse en todo lo alto. Porque nunca un rockero ha sido tan reconocido y respetado en este país, con un reciente disco homenaje del gremio y su último vástago hasta el momento todavía calentitos. Y es que además cuelga el micrófono con un tipo envidiable y en plenitud de facultades vocales, aunque él lo niegue. Hoy en día hay muy pocos que puedan jactarse de instrumento portentoso y medírsela con Miguel sin sonrojarse, lleva años haciendo gozar a miles de fans hasta el éxtasis, no en vano es el talentoso dueño de una de las más enormes voces del rock de todos los tiempos.¡¿Qué habíais pensado marranos?!
Así lo ha cantado durante medio siglo el Señor Don Miguel Ríos que en estos días se haya embarcado en su última gira en directo, Bye Bye Ríos Rock hasta el final, donde habrá muchísimos artistas arropándole, Carlos Tarque de M-Clan, Ana Belén, Pereza, Manolo García, Carlos Goñi, Amaral,... aunque no cierra la puerta del estudio, quizás le deba el disco que Quique Gonzalez quiere que haga de canciones expresamente compuestas para él. En esta entrada no he sido todo lo extenso que merece medio siglo exacto de trayectoria, pero más que un documental sobre su obra y su vida al completo es un homenaje, es gratitud, es tristeza por no poder verle en concierto y alegría por todo lo que ha dado al rock en español del cuál es el pilar central.
Este luchador clava la espada en su tierra, esa que es un manantial de lumbre que no alumbra su camino, esa cegada por su blanca oscuridad, su querida Al-Andalus, y se despide diciendo: “Vuelvo a Granada”.

Duelo de Guapuras

Dos hombres y un destino

La banda de Sundance Kid y Butch Cassidy, se caracterizaba por no matar a nadie, incluso pude ver en un programa del Lonely Planet que por lo visto Butch pagaba la hipoteca a viudas de la zona, aunque en la película sospecho que más de uno terminará jugando al Trivial con San Pedro. Que Cassidy creciera en Utah en el seno de una familia mormona de extensa prole seguro que tuvo algo que ver en esa inusitada moral, porque heredar hasta el palomino de los calzoncillos forja el carácter de cualquiera.
Son dos bribones lidibinosos asiduos al burdel y adictos a la adrenalina, dos hombretones poseídos por el espíritu de un zanguangón. Butch se queda prendado de una bicicleta deslumbrado por la curiosidad que le provoca el novedoso artefacto, como un niño pegado al escaparate de una juguetería. Sundance carece de la más mínima delicadeza, su inocencia indómita no concibe una verdad hiriente. Bruter than an arado.
Viven ajenos al riesgo de su profesión hasta que un día la Parca deja ver su descarnada figura, un puñado de cazarrecompensas dirigidos por un reputado rastreador, un borrón en lontananza sin rostro pero con un olfato infalible. Aterrados se miran a los ojos y por un momento dejan de ser niños, saben que serán cazados, pueden notar la áspera soga en sus pescuezos. Puede que no haya camino de vuelta pero siempre tienen un conejo en la chistera y arriesgando la vida logran escabullirse.
Día a día el drama de una vida dedicada al crimen se va consumando. Se ven abandonados, sin posibilidad de enmienda, no saben sobrevivir honradamente, incluso a mil jodidas millas de su país siguen siendo criminales, alimañas que exterminar. Las circunstancias empeoran cada día, sus escapadas cada vez más apuradas, sus trabajos más y más peligrosos. Un augurio más negro que nunca ronda sus cabezas, una última huida siempre es posible.

Película irregular con momentos brillantes e instantes rarunos

La factura de la película es probablemente lo que más me desconcertó de la película. Hay escenas, encuadres, ubicaciones de la cámara, que llaman de inmediato la atención por estar 'fuera de época', es decir, no corresponde con la forma de filmar de la época ni tampoco con la del resto del metraje.
Por ejemplo, hay una escena en la que, justo tras asaltar un tren, se acerca un convoy acorazado por la misma vía, y tras el primer desconcierto, por la incertidumbre de rigor, se abre súbitamente el portón, y con un soberbio salto salen de él la media docena de jinetes que vienen a darles caza. El instante en que los animales brincan del vagón es filmado justo desde debajo, captando el vientre de los animales y las patas estiradas en el aire, enfatizando la plasticidad de un brío incontrolable. Este tipo de detalles junto con otros muchos como la confección de la escena; cómo se fragua el drama de la emboscada a unos ufanos asaltadores, el posterior pánico desencadenado...Son propios de una película de acción (buena) de nuestros tiempos.

Conviven en la misma películas otras escenas ácidas-setenteras o recursos como un zoom súbito sobre algún elemento, que son puro spaguetti western. Una secuencia que ejemplifica ese olorcillo a hippie que os comento, es un paseo en bicicleta, que para mi, aún con el riesgo de haberme perdido algo, me parece que no aporta demasiado, salvo ensalzar la gañarería de un tipo, que peina canas, haciendo piruetas sobre una bicicleta de hace doscientos años. Todo ello sonando la multipremiada "Raindrops falling in my head" de Burt Bacharach y después una marcha circense, y una chica vestida de época sentada de lado entre el manillar y el sillín, y un toro que mira a los ojos fíjamente con cara de perro, y un enano motorista y un funamulista cojo!...eché de menos a Javier gurruchaga cantando viaje con nosotros.
La fotografía es notable, de hecho oscarizada, se disfruta, especialmente cuando se muestra la magnitud de algunos escenarios o el plano tiene toda la información del desarrollo de la escena que necesita el espectador sin forzar el encuadre, planos cortos con acción secundaria de fondo o cuidados generales. Por ejemplo, un detalle, cuando los dos bandidos se echan al suelo para otear en la distancia a sus perseguidores la cámara a ras de suelo enfoca el rostro de ambos, somos un compinche agazapado más. Una iluminación natural, opuesta a la de esas películas de antaño en donde todo esta perfectamente definido bajo una luz uniforme, como si el mundo entero fuera un escenario; si es de noche solo luz de luna, luz de candil solo en interior y el leve reflejo de los candiles y la luna en el porche. Se nota cuál es el trabajo del director de fotografía, especialmente en la primera huida y los diez últimos minutos.

Género mestizo y relaciones desconcertantes

El último fotograma es paradigmático del western y aunque estrictamente es el género al que pertenece, el desarrollo del drama podría ser ambientado en otro tipo de circunstancias delictivas de la actualidad, la emoción de la tragedia personal trascienden al género. No es una 'road movie' aunque estén siempre en constante huida. Ni llega a ser una película puramente de acción, aunque hay tiros, persecuciones, puñetazos y patadas en los cojones...¿se dice así?..¿patadas?

Otra cosa un tanto indefinida es la relación harto rara entre la maestra de escuela, de la que por cierto no os he hablado, y los dos cowboys. En ocasiones pensaréis que está con uno pero está con otro, sale de la cama de Robert Redford para darse una vuelta en la bicicleta y besarse con Paul Newman. Poned ojos aviesos y preguntaos (¬ ¬) ¿Estaría con los dos? ¿A la vez? ¿Eran amantes bisexuales? ¿Tenía la chica algo más bajo el cancán que no se cuenta? ¿fue este el gérmen de la película "Montaña del culo roto" mal traducida al inglés por Broke(n)back mountain? ¿Terminaré alguna vez de hacer preguntas estúpidas? ¿quiźas ahora? ¿o tal vez en este instante? En cualquier caso, es fácil adivinar que la maestra no era tonta.

Robert Redford.

Numerosísimas son las veces que se le ha catalogado como uno de los hombres más guapos del siglo XX, muchas también las que se le ha comparado físicamente con Brad Pitt, y es que la semejanza es obvia. Además comparten tics, o eso me pareció. Si Brad Pitt tiene una infinidad de escenas en las que recita el guión mientras come poco decorosamente, me juego el pescuezo de otra persona a que fuera de guión, Robert Redford abre la boca ligeramente, como buscando paluegos en sus muelas, subrayando así cualquier estado meditabundo del personaje. También creo son actores igualmente buenos que mejoraron con los años y que estuvieron lastrados por su físico.

Aún a riesgo de parecer más mariquita que una pelea de almohadas con funda de Hello Kitty entre Paco Clavel y Jorge Javier Vázquez, la guapura de este hombre es inconmensurable, eclipsando el provervial perfil griego de Paul Newman y sus ojos azules al borde de la fluorescencia.
Bueno, aquí es donde termina la primera excepción a la regla número uno en mi decálogo de tres normas para las relaciones sociales: "Nunca hablo de la belleza de hombres... ni de mujeres tampoco” porque estoy casado y lo que quiere pensar cualquier esposa es que el pene de su marido vive en un bote que hay en una estantería de la que solo ella tiene la escalera. Bueno y porque no hay que desdeñar nunca el legendario rencor femenino.

Paul Newman

Si Sundance Kid es el pistolero infalible algo bobo, el personaje de Pablo 'hombrenuevo', es el contrapunto experimentado y sagaz del tándem. Es el pepito grillo, el estratega, la parte adulta que atrae a nuestra feliz maestrilla quien infunde coraje a su compinche en las situaciones más desesperadas. Es identificable en su actuación ese gesto orgulloso de los galanes de otras décadas, espalda recta, mirada altanera, barbilla elevada. Sin duda hay que ver algo más de este hombre, quizás repita con el golpe obra cúlmen de esta sociedad de seductores.

Repelús en el alma. American Beauty

Él es el cobarde apático que nunca fue, su mujer una maníaca histérica, tampoco era así. Los años te pasan por encima y te convierten justo en quien no querías ser, tu vida ya no es tu vida, el amor se acaba, los hijos se convierten en extraños, el verdadero yo se mata un poco cada día camino del trabajo.

Un día en tú ruinosa existencia germina la fantasía de calzarte a la amiga de tu hija, la más zorra y descerebrada calienta braguetas del lugar. Sú lúbrica figura se apodera de tu mente cada vez que cierras los párpados, aún sin cerrarlos no ves otra cosa. Pero justo antes de que se convierta en una desviación patológica comprendes lo que en verdad hay en tan repentina obsesión. Es esa súbita sonrisa de gilipollas en tus labios, eso que hace siglos no sentías ¡es ilusión! ¡ha vuelto! Quizás no sea tarde para cambiar.
No sabes exactamente qué quieres, pero lo quieres ya. Todo lo que años de rutina te ha negado; recuperar la  forma, aquel Pontiac Firebird que siempre anhelaste, fumar canutos, escuchar la música que marcó tus días de juventud, mandar a tu jefe A-L-A-M-I-E-R-D-A. Echar a patadas al anciano inmóvil que se instaló en tu alma en el lugar de aquel chico simpático que aún tenía sueños.

Al otro lado de la calle también vive otra familia 'perfecta', los Fitts. Una madre ausente, anulada por su marido militar, un amargo trastornado que rehuye de lo que es. El único hálito de tranquilidad es su hijo, Ricky, tras cuya apariencia perturbadora hay un alma libre con una sensibilidad abrumadora. Ha conseguido lo que muchos apenas sueñan con lograr a lo largo de su vida, hacer lo que quiere. Callado e introvertido, se gana la vida traficando con marihuana a espaldas de sus padres. Es capaz de enamorarse completamente, decir lo que siente sin máscaras o decidir sin un ínfimo atisbo de inseguridad. Las circunstancias no existen, las consecuencias no pesan, tan solo hay voluntad, deseo de ser. Es un inesperado gurú urbano en medio de la locura cotidiana.


-¡¿De quien es el coche de ahí delante?!
-Mío. Un Pontiac Firebird del setenta, el coche que siempre he querido, y ahora lo tengo...¡Soy cojonudo!
Tras ver la película, una mezcolanza inquietante y satisfactoria de sentimientos encontrados. Quizás en parte os reconozcáis en alguno de los personajes, quizás os reconforte la esperanza que emana el film, con suerte habréis reconsiderado algo. Este exitoso filme marcó estilo en muchos aspectos, con el hit de discoteca de Jakatta que versionaba American Dream, el tema principal de la banda sonora, o como no, con la mil veces evocada escena en que la animadora desnuda se insinúa bajo una lluvia de pétalos. Interviú: Anita Obregon, ElJueves: la duquesa de Alba, Publi: Peta, Publi: Campaña contra el sida, Publi: Yogur Desnatado, Publi: Comida basuraPubli: Lego, Cine: Madagascar... Esas rosas, omnipresentes en toda la película, son de la variedad artificial American Beauty, aparentemente perfectas, son una metáfora de la falsa belleza, la estúpida contumacia por mantener unas apariencias que enmascaran vacío e insatisfacción. Pero sin duda la referencia más descojolindrante es la burla de la escena de la bolsa de plástico elevada por el viento que hacen en padre de Familia.
KEVIN SPACEY
Como llevo largo tiempo en el espacio exterior, no había visto nada de este señor. Esquivar asteroides me ha tenido absorto demasiado tiempo. Tiene una enconada mueca de marioneta con unas comisuras marcadas que van de la nariz a la boca. Esto, que podría ser un lastre le ayuda por un lado a ser el rostro de una insípida existencia y por el otro, cuando ese rictus se desmorona realza la sonrisa bobalicona de aquel que paladea trocitos de felicidad. Es un 'loser' entrañable.
LA MUJER
No puedo con ella, mejor dicho con el personaje, me enerva, esto sin duda es un signo de que Annette Bening ha hecho un buen trabajo. Sin embargo es un estereotipo mil veces reproducido en el cine americano, tantas veces que aburre, o inquieta, por cierto, no lo sé.
THORA BIRCH
Su rostro pálido con la frente de la envergadura de un portaaviones podría ser el de cualquier púber zanguangona con los rasgos aún no 'asentados', mismo estilo de joven atormentada que Cristina Ricci, de cuyas ubres hablaremos otro día. Cumple correctamente con su rol de adolescente estúpidamente rebelde e insegura naufragando en un mar de conflictos adultos que le resultan ajenos. Tras este film nada extraordinario en su expediente tampoco en el de Mena Suvari, la ya mencionada mujer estufa convertida por aquellos entonces en un icono sexual.
RICKY FITTS Su rictus severo aunque sereno complementa al personaje, el actor aporta la paz y Ricky Fitts fluye solo. No requiere un esfuerzo interpretativo antológico pero en lo sencillo y sutil se puede encontrar una pequeña porción de verdad.
FRANK FITTS
Su personaje al principio se erige como otro rol recurrente en la sociedad Yuesei, el patriota radical. Pero el film avanza y el verdadero drama se revela, aflora una personalidad débil y frustrada encerrada en una coraza de violencia. Aún siendo un secundario quizás sea el personaje más exigente, pues requiere de una contención que en cualquier detalle se puede ir al traste, sin embargo el actor logra triunfar con el progresivo desmoronamiento.
EL MAMÓN QUE DOBLA A SPACEY
Se llama Jose María del Río y ahora se encuentra entre los terroristas más buscados, aunque el culpable realmente es quien lo seleccionó. Los asiduos a lucir el blanco de los ojos recostados en el sofá a eso de las cuatro de la tarde con la vida en el Serengeti de fondo lo reconoceréis ipsofacto. Con deciros que las gacelas al oírlo salen corriendo sabedoras de que lo siguiente son leones famélicos a la carrera. ¿Recordáis la voz que narraba los documentales de Jacques Cousteau? ¿Os la imaginais doblando a Darth Vader? ¿O a Ramón Langa, inconfundible voz de Bruce Willis doblando a, que se yo, Austin Powers? Puestos a hacer castings absurdos que Carmen de Mairena doble a Angelina Jolie. No voy a seguir, que me pierdo y matar está muy mal visto.

Bye bye domingueros

Hay grupos a los que cuesta hacerse, cada uno tendrá sus propios monstruos. Intuyes que la música de esos artistas tiene algo, reconoces que marcaron un hito siendo los padres de algo, que hay motivos para sentirse mal si no te gustan, eres un sacrílego y lo sabes. Arrepentido los escuchas una y otra vez, hasta que su música, como un mantra, posee esa zona del cerebro destinada a los estribillos, traralaleo y los silbidos en medio de cualquier lugar.
Pues...The Sunday Drivers NO son de ese tipo de grupos. El amor surge a primera vista y si comenzáis vuestro flirteo con The end Of Maiden Trip, su último disco, ese romance perdurará por los siglos de los siglos, palabra de melómano... oremos al winamp.
Cada una de sus canciones es una historia de distinto color que nos tienta a entrar en ella. Por lo visto pegaron fuerte en Francia pero aquí, qué raro oiga, pues no. La primera vez que supe de ellos fue por  "Do it"  empleada en una promo de la serie de Cuatro Cuestión de sexo aunque terminó por ser banda sonora de cada una de las escenas mínimamente emotiva, de esas donde es preciso que una voz en off, al estilo anatomía de Grey, nos sermonee con esas cosas que en ocasiones infravaloramos; el amor, la culpa, los celitos o tener a mano papel cuando vamos al baño, porque hacer de vientre de memoria es difícil. 

¿Indie? ¡Güat de jel!


Han escrito por ahí que son indie-pop, pop-folk, power-pop en días pares, death metal en navidades, Darth Vader en un camping... Mejor investigo. Si amigos, también se usar el buscador de la wikipedia, un partidazo pero ya estoy casado, por el banco, pero casado. Teóricamente el calificativo indie más que a un estilo concreto responde al tipo de producción, una llevada a cabo por un pequeño sello, o el propio artista es indie. Música ajena a las grandes compañías, no sujetos a lo convencional, a lo común, al llamado "mainstream". El riesgo de intentar seguir tu senda aunque esta se aparte del camino principal es que puedes convertirte en un visionario o en un excéntrico. En mi opinión el indie es esa senda, con escasos talentos verdaderos y abundancia de egos y gafapastismo radical. The Sunday Drivers son el eslabón perdido entre dos mundos enfrentados, el difícil maridaje entre ser asequible y la belleza exótica. Pero no satanicemos a los gafapastas más elitistas, podemos aprender de ellos, si os sorprenden con un bocadillo de chorizo con nocilla y os dicen que es una guarrada ¡reaccionad! espetad indignados: "Es indie, tú no lo entenderías."
Su biografía es la de un grupo luchador en continuo ascenso, miríadas de festivales, teloneros de importantes artistas y abundantes logros, con entradas y salidas de componentes.(me niego a poner miembros después de la conjunción de entrada y salida) Hablando de miembros, ¡hallazgo!, Julián Maeso, también ex-teclista de M-Clan banda a la que se especula retornará para el nuevo trabajo que en estos momentos ultiman, rumores sin fundamento ninguno, como Dios manda. Formó parte de los Sunday Drivers desde 2001 hasta sospecho que 2004, cuando se incorpora Lyndon Parish como guitarra y teclista.(Los gamusinos existen prove I'm wrong)Y digo sospecho porque no encuentro datos de lo contrario y porque su estilo virtuoso se hace presente en el cd-single Time time time y en Tiny Telephone cuya producción tuvo que llevarse a cabo antes de 2004, año del lanzamiento e incorporación de Lyndon.



Sabía que la traducción literal de su nombre es los conductores de domingo, vamos domingueros, pero un súbito impulso me llevó a constatar lo evidente. Una vez lamentado todo el porno desplegado por el historial mientras escribía la dirección del oráculo, pronúnciese google.com/translate, descargo mi vergüenza sobre la tecla "enter". Carga a la página. "the sunday drivers" se traduce por "The Sunday Drivers" ¡Jorl!. Sin duda es obra de la legión de fanes*, que propusieron una traducción mejor.(*así como un flan x2 son dos flanes un fan x2 son dos fanes)¡Deliciosamente casual! será verdad eso que decía Paulo Coelho: "Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla."y lo que yo quería era conseguir que entendierais la devoción que despiertan en todos aquellos que quedamos enredados en sus 4 discos y un cd-single. Para muestra: My plan , Paranoid, Smile, Everything reminds me of you, On my mind...


Pero este 12 de Mayo dijeron adiós, para siempre, sin un porqué. Su último concierto el 17 de Julio en el FIB Heineken. Me queda el honor de haber sido la plañidera número trescientos:
Lo nuestro comenzó en navidades, quizás no os acordeis pero el amor platónico es así. Os encontré como el que se encuentra una nota en un libro cogido en la biblioteca, con la sensación de que alguien se ha tomado la molestia de feliz a un anónimo un instante con un poco de imaginación y un tanto de talento.
Al final de la lista de cosas que le gustan a Amélie, escribió: “The sunday drivers”.

Los Puentes de Madison


De cuando Meryl encontró a Clint ...¡Y se volvió un mariconazo!

Se revela un testamento, una granjera de Iowa ha muerto, un ama de casa, mamá, Francesca, ha muerto. En el sobre del documento la llave del arcón cuyo interior guarda el secreto de un amor que nunca habría existido, de no ser por unos cuadernos que detallan toda la historia. Sus hijos, entre reticentes, intrigados y horrorizados, leen...

Hombretón solitario, interesante, trotamundos, con el pelito blanco se cruza en el camino de un ama de casa muerta por dentro, entregada a los suyos. Ella se ofrece amablemente, él se muestra esquivo, ella le mira furtivamente desde la ventana, él sintiéndose observado se descamisa en mitad del jardín y grotescamente mete tripa, no pudiendo ocultar la decrepitud de su antaño pétreo torso. Ella le cocina, él a cambio le cuenta historias, se ponen ojitos. Tan iguales y tan diferentes que a menudo se ofenden, se sienten culpables, se fascinan, se saben el último tren, son lo que toda la vida han buscado tener y nunca tuvieron valor de abrazar.

Meryl Streep es completamente exhuberante en este film, tanto a nivel profesional como sexual, encarna a la perfección el papel de madurita interesante con orígenes mediterraneos. Hay un momento en el metraje, donde se sorprende frente al espejo como una mujer aún deseable, alentador y ejemplificante para el cine actual, donde la mujer que tiene más de treinta y cinco debe ir pensando en jubilarse. Pero nunca aprenderán ¡Maldito Botox! ¡Yo te maldigo como maldigo estos 70 grados a la sombra!

Clint Eastwood está en el umbral de la decrepitud, está a punto de abandonar a Harry el Sucio y convertirse en el anciano director que es hoy. Es a todos los niveles un hombre de vuelta de la vida, deseoso de sentarse en el porche de su casa y con la mirada perdida en el horizonte recordar sin nostalgia todos los lugares en donde estuvo, ahora solo quiere descansar y no sentirse solo nunca más.

Machos de pelo en pecho, estereotipados, o no, podéis ver esta película sin recurrir al cuenco de palomitas para vomitar, podréis emocionaros sin miedo a que se os caiga la colita. Es con toda probabilidad la mejor película de amor que he visto hasta ahora. Entiendan que aquí, tras años en el espacio anterior, estoy recuperando el tiempo perdido viendo aquellas películas que todos habréis visto, deberíais o son de manual, con la mirada límpida de un niño, con honestidad, sin prejuicios.

Es un duelo de titanes en toda regla, su lucha es un arcano juego de seducción donde el romanticismo ni sobra ni resulta patético como últimamente se acostumbra en el séptimo arte. Hasta el último detalle exhuda sexualidad, sensualidad y erotismo. El baile es sutil, los vaivenes constantes, las veces en que todo está a punto de arruinarse infinitas. Todos los escenarios de la América profunda sesentera rematadamente normales, extraidos e idealizados del recuerdo colectivo de una nación.

Para ellos el manual del impecable amante romántico, lo que nunca llegarán a ser. Para ellas todo aquello que sueñan y no vivirán jamás. Un cuento de hadas envidiable y terrible. El amor de verdad dura poco y se recuerda toda la vida, besos fugaces, amores eternos que cantaba Serrat.
- "Si era tan infeliz ¿Por qué no se marchó?"
- "No quiero necesitarte"
- "¿Por qué?"
- "Porque no puedo tenerte"
- "¿Qué hace que sea diferente Robert?"
- Verás...Cuando pienso en porqué hago fotos, la única razón que se me ocurre es que me parece que he estado viajando hacia aquí. Y ahora, ahora me parece que todo cuanto he hecho en mi vida me ha estado conduciendo hacia ti... Y si tengo que pensar que mañana me iré sin ti...yo...