Repelús en el alma. American Beauty

Él es el cobarde apático que nunca fue, su mujer una maníaca histérica, tampoco era así. Los años te pasan por encima y te convierten justo en quien no querías ser, tu vida ya no es tu vida, el amor se acaba, los hijos se convierten en extraños, el verdadero yo se mata un poco cada día camino del trabajo.

Un día en tú ruinosa existencia germina la fantasía de calzarte a la amiga de tu hija, la más zorra y descerebrada calienta braguetas del lugar. Sú lúbrica figura se apodera de tu mente cada vez que cierras los párpados, aún sin cerrarlos no ves otra cosa. Pero justo antes de que se convierta en una desviación patológica comprendes lo que en verdad hay en tan repentina obsesión. Es esa súbita sonrisa de gilipollas en tus labios, eso que hace siglos no sentías ¡es ilusión! ¡ha vuelto! Quizás no sea tarde para cambiar.
No sabes exactamente qué quieres, pero lo quieres ya. Todo lo que años de rutina te ha negado; recuperar la  forma, aquel Pontiac Firebird que siempre anhelaste, fumar canutos, escuchar la música que marcó tus días de juventud, mandar a tu jefe A-L-A-M-I-E-R-D-A. Echar a patadas al anciano inmóvil que se instaló en tu alma en el lugar de aquel chico simpático que aún tenía sueños.

Al otro lado de la calle también vive otra familia 'perfecta', los Fitts. Una madre ausente, anulada por su marido militar, un amargo trastornado que rehuye de lo que es. El único hálito de tranquilidad es su hijo, Ricky, tras cuya apariencia perturbadora hay un alma libre con una sensibilidad abrumadora. Ha conseguido lo que muchos apenas sueñan con lograr a lo largo de su vida, hacer lo que quiere. Callado e introvertido, se gana la vida traficando con marihuana a espaldas de sus padres. Es capaz de enamorarse completamente, decir lo que siente sin máscaras o decidir sin un ínfimo atisbo de inseguridad. Las circunstancias no existen, las consecuencias no pesan, tan solo hay voluntad, deseo de ser. Es un inesperado gurú urbano en medio de la locura cotidiana.


-¡¿De quien es el coche de ahí delante?!
-Mío. Un Pontiac Firebird del setenta, el coche que siempre he querido, y ahora lo tengo...¡Soy cojonudo!
Tras ver la película, una mezcolanza inquietante y satisfactoria de sentimientos encontrados. Quizás en parte os reconozcáis en alguno de los personajes, quizás os reconforte la esperanza que emana el film, con suerte habréis reconsiderado algo. Este exitoso filme marcó estilo en muchos aspectos, con el hit de discoteca de Jakatta que versionaba American Dream, el tema principal de la banda sonora, o como no, con la mil veces evocada escena en que la animadora desnuda se insinúa bajo una lluvia de pétalos. Interviú: Anita Obregon, ElJueves: la duquesa de Alba, Publi: Peta, Publi: Campaña contra el sida, Publi: Yogur Desnatado, Publi: Comida basuraPubli: Lego, Cine: Madagascar... Esas rosas, omnipresentes en toda la película, son de la variedad artificial American Beauty, aparentemente perfectas, son una metáfora de la falsa belleza, la estúpida contumacia por mantener unas apariencias que enmascaran vacío e insatisfacción. Pero sin duda la referencia más descojolindrante es la burla de la escena de la bolsa de plástico elevada por el viento que hacen en padre de Familia.
KEVIN SPACEY
Como llevo largo tiempo en el espacio exterior, no había visto nada de este señor. Esquivar asteroides me ha tenido absorto demasiado tiempo. Tiene una enconada mueca de marioneta con unas comisuras marcadas que van de la nariz a la boca. Esto, que podría ser un lastre le ayuda por un lado a ser el rostro de una insípida existencia y por el otro, cuando ese rictus se desmorona realza la sonrisa bobalicona de aquel que paladea trocitos de felicidad. Es un 'loser' entrañable.
LA MUJER
No puedo con ella, mejor dicho con el personaje, me enerva, esto sin duda es un signo de que Annette Bening ha hecho un buen trabajo. Sin embargo es un estereotipo mil veces reproducido en el cine americano, tantas veces que aburre, o inquieta, por cierto, no lo sé.
THORA BIRCH
Su rostro pálido con la frente de la envergadura de un portaaviones podría ser el de cualquier púber zanguangona con los rasgos aún no 'asentados', mismo estilo de joven atormentada que Cristina Ricci, de cuyas ubres hablaremos otro día. Cumple correctamente con su rol de adolescente estúpidamente rebelde e insegura naufragando en un mar de conflictos adultos que le resultan ajenos. Tras este film nada extraordinario en su expediente tampoco en el de Mena Suvari, la ya mencionada mujer estufa convertida por aquellos entonces en un icono sexual.
RICKY FITTS Su rictus severo aunque sereno complementa al personaje, el actor aporta la paz y Ricky Fitts fluye solo. No requiere un esfuerzo interpretativo antológico pero en lo sencillo y sutil se puede encontrar una pequeña porción de verdad.
FRANK FITTS
Su personaje al principio se erige como otro rol recurrente en la sociedad Yuesei, el patriota radical. Pero el film avanza y el verdadero drama se revela, aflora una personalidad débil y frustrada encerrada en una coraza de violencia. Aún siendo un secundario quizás sea el personaje más exigente, pues requiere de una contención que en cualquier detalle se puede ir al traste, sin embargo el actor logra triunfar con el progresivo desmoronamiento.
EL MAMÓN QUE DOBLA A SPACEY
Se llama Jose María del Río y ahora se encuentra entre los terroristas más buscados, aunque el culpable realmente es quien lo seleccionó. Los asiduos a lucir el blanco de los ojos recostados en el sofá a eso de las cuatro de la tarde con la vida en el Serengeti de fondo lo reconoceréis ipsofacto. Con deciros que las gacelas al oírlo salen corriendo sabedoras de que lo siguiente son leones famélicos a la carrera. ¿Recordáis la voz que narraba los documentales de Jacques Cousteau? ¿Os la imaginais doblando a Darth Vader? ¿O a Ramón Langa, inconfundible voz de Bruce Willis doblando a, que se yo, Austin Powers? Puestos a hacer castings absurdos que Carmen de Mairena doble a Angelina Jolie. No voy a seguir, que me pierdo y matar está muy mal visto.