Escarlata y las orejas de Mickey Mouse

La vi hace muy poquito, y de ella tenía la idea preconcebida de que era la mayor historia de amor jamás contada, así como una oda a la fortaleza y la perseverancia de una mujer, lo segundo es cierto. De este tipo de películas tan lejanas en el tiempo hay que entender el halo naïf, casi infantil, de los decorados, vestuario, incluso del guión que junto al histrionismo de los actores crean un velo teatral que las alejan de la naturalidad. Esto puede achacarse a que la industria cinematográfica, tal y como la conocemos hoy, estaba entonces en pañales. Hay que reconocer que esa pátina de antigüedad tiene sus seguidores.
Con esta película me pasó un poquito como con Casablanca, es decir, la película es muy recomendable, pero acabé un pelín cabreado con el guión, o más bien con Escarlata, por tonta, toda su vida se termina yendo al cuerno por idiota. Esta vehemencia, deja ver que me creí a los actores, que me metí en el guión y que la disfruté, es más, tanto me gustó que el cabreo vino por no obtener el “happy ending” de rigor, algo inusual en mi, pues lo que me suele producir aversión es lo contrario, el final feliz por pelotas.
Vivien Leigh y Clark Gabble están enormes, os anuncio que los ojos de ella son la octava maravilla y las orejas de él…este…pfff…son las de Mickey Mouse. Hattie no me acuerdo que más, que hace de ama de llaves, para mi gusto, es la más natural, de echo por este papel se llevó un Oscar™ que la convirtió en la primera persona negra en obtener la estatuilla.
La anécdota
¿Sabéis la escena insignia de la película? la de:”...a Dios pongo por testigo...", pues dependiendo de la versión que consigáis, la vais a ver o no, yo tuve que recurrir a youtube para poder contemplarla. No me preguntéis ni como ni por qué, pero en el DVD de la biblioteca regional es así.
A pesar de ser muy recomendable, la voy a depositar en el limbo, por que no soy demasiado de historias de amor, pero sobre por el cabreo que me produjo Escarlata. Admito, que este juicio es altamente subjetivo.

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